Imagen de una de las esculturas-arrecife que ha creado Xabier Amonarraiz.
Las ideas sencillas pueden convertirse en ocasiones en las más revolucionarias y eficaces. Los Premios Timón de Innovación que otorga Gaceta Náutica con el patrocinio de la Autoridad Portuaria de Baleares se han convertido en los últimos años en punto de atracción de ideas nuevas cuyo objetivo es solucionar problemas a menudo relacionados con el cuidado y la recuperación del ecosistema marino.
En la última edición de estos galardones, llegó al jurado una iniciativa presentada de una manera muy esquemática, a la vez que tremendamente clara: las esculturas-arrecife.
El escultor y licenciado en Ciencias del Mar afincado en Manacor Xabier Amonarraiz presentó un proyecto cuyo objetivo es que estas esculturas-arrecife, llenas de recovecos y oquedades, sirvan como puntos de fondeo en campos de boyas. De esta manera, no tendrían bajo impacto o impacto negativo en el ecosistema, sino que se convertirían por sí mismos en auténticos nichos y refugios para favorecer la prosperidad de multitud de especies de fauna y flora marina.
El sistema es extremadamente simple. Parte de la boya en superficie que sirve como punto de amarre que se sujeta a una boya intermedia. Esta fijación intermedia va finalmente conectada a la escultura-arrecife que se situará convenientemente para no ocasionar ningún daño al ecosistema, sino al contrario, convertirse en nuevo nido para la vida.
Según explica Amonarraiz «las esculturas-arrecife tienen un centro de gravedad bajo, suficiente peso y una buena superficie de apoyo en el fondo arenoso, lo que garantiza una gran estabilidad para soportar los tirones que la embarcación amarrada pudiera ejercer en momentos de viento y mala mar».
Doble vertiente ambiental y estética
El escultor ha contactado con varias instituciones y organizaciones para llevar a la práctica su idea. «He establecido ya relaciones con asociaciones y fundaciones que se dedican a la conservación del medio natural, entre ellas una de Málaga que se denomina Fundación Aula del Mar Mediterráneo que está muy interesada en esta idea, sobre todo con la posibilidad de que las oquedades de las esculturas puedan albergar semillas o esquejes de posidonia. Aquí también he mantenido conversaciones con un cluster de transición energética».
El sistema es plenamente ecológico pues las esculturas se realizan con piedra caliza local, por lo que, además de ser kilómetro 0, la huella de carbono generada en su producción es neutra, pues no están elaboradas con cemento, con el consumo energético que conlleva su proceso industrial.
Las esculturas-arrecife de Xabier Amonarraiz pueden aplicarse en varias vertientes, pues servirían también para, por ejemplo, las boyas que delimitan la zona de baño en las playas. Sin embargo, surge además una vertiente complementaria a su función ecológica y es la artística y estética. Estas esculturas-arrecife podrían servir incluso como foco de atracción para buceadores, pues se trata de elementos únicos y artísticos en los que podría contemplarse con el tiempo la progresión de la vida con lo que conlleva también de concienciación ambiental.
CONÉCTATE AL PODCAST DE GACETA NÁUTICA