Los dos centinelas antes de ser fondeados en el puerto de Palma.
El proyecto El Centinela de la empresa mallorquina Desafío en Azul, que cuenta como gerente con el navegante Jaime Morell, ganó el Premio Timón de innovación de Gaceta Náutica en su última edición, obteniendo además la distinción especial de la Autoridad Portuaria. Cuando este proyecto recibió el galardón, sólo se habían hecho pruebas en piscina.
El pasado mes de marzo se fondearon ya dos boyas del prototipo V3 en aguas del puerto de Palma para observar el caudal de agua filtrada y la capacidad de carga de las placas solares en un entorno portuario real.
El Centinela ha sido desarrollado, entre otros, por el doctor en Biología Jordi Lalucat, el ingeniero naval especialista en propulsión con energías renovables Joan Bauzà y el ingeniero experto en robótica submarina Antoni Martorell. Consiste en una boya fondeada de pequeñas dimensiones que, de forma autónoma y gracias a sus pequeñas placas solares, toman agua con unas bombas eléctricas muy cerca de la superficie, donde flotan sobre todo hidrocarburos y microplásticos, para retenerlos en un filtro especial.
Las boyas sólo funcionan mientras hay sol y «descansan» durante la noche o días muy nublados porque se ha querido evitar el uso de baterías o acumuladores. En ese tiempo de filtrado efectivo, entre 8 y 9 horas, un centinela trata unos 360 litros de agua superficial, gracias a que cada boya dispone de cuatro bombas independientes que tienen un caudal de 90 litros hora cada una. Es decir, teóricamente filtran hidrocarburos y microplásticos de unos 3.000 litros de agua al día. Los filtros se cambian regularmente para mantener su eficiencia.
El Centinela se ha diseñado íntegramente en Palma por ingenieros navales locales de cara a disponer de un elemento autónomo energéticamente, con poco o nulo mantenimiento, que sea capaz de ir mejorando lentamente la calidad de las aguas confinadas, como puertos, calas o bahías abrigadas. Los filtros que se pueden instalar son diversos y trabajan en función de la necesidad del agua a tratar. Puede llevar, además de los ya citados, filtros específicos para materia orgánica, nitratos, microalgas o metales pesados.
No está pensada para grandes vertidos, sino que su uso intenta paliar los más leves, cuando se hace un mal repostaje o cuando una sentina se vacía, intencionadamente o no, en aguas portuarias. En primavera está previsto que las dos boyas se instalen en diversos puntos del puerto de Palma para que sus diseñadores y fabricantes puedan analizar su funcionamiento en un entorno real como es el puerto de Palma.
Las boyas El Centinela están a disposición de puertos deportivos o administraciones que quieran realizar campañas puntuales de limpieza de aguas o una instalación fija a largo plazo para un control constante de la calidad del agua. Varios puertos y marinas se han interesado por este proyecto, destacando entre ellas la Federación Catalana de Vela y el puerto deportivo de Formentera Mar.