El motín del San Jerónimo

Son muchos los pasajes de la historia de España que han caído en el olvido, uno de ellos es el desconocido y olvidado motín que se produjo en 1566 a bordo del galeón San Jerónimo.

La Armada española nunca tuvo serios disgustos con los motines, sí que es cierto que hubo insubordinaciones, por supuesto, las hay documentadas, pero lo que se dice motines a bordo de sus barcos, apenas hubo algunos pocos casos, y eso que había motivos más que suficientes, falta de medios, meses sin cobrar sus pagas, sueldos bajos, condiciones muy duras, pero a pesar de ello, fueron pocos los motines documentados y eso que el Imperio Español alcanzaba buena parte de los confines del mundo conocido y su Armada era el nexo de unión de todos los territorios de ultramar.

El primer motín documentado en la Armada española se produjo en aguas de San Julián (Argentina) en 1520 cuando tres de los cinco barcos, así como sus capitanes, pilotos y tripulación se revelaron, contra Fernando de Magallanes. Pero no sería hasta principios del siglo XIX, cuando en 1805 una treintena de infantes de marina se amotinaron a bordo del San Juan Nepomuceno, al mando del brigadier don Cosme Damián Churruca, motín que fue solucionado sin muchos problemas. Años más tarde, concretamente en 1825, se produjo un motín más grave que ocasionó la pérdida del viejo navío Asia. Y ya en el siglo XX, se produjo un motín en la fragata acorazada Numancia en 1911 en aguas de Tánger.

Un motín que ha pasado inadvertido e ignorado por la historia naval española, es el que se produjo a bordo del galeón español San Jerónimo, concretamente en 1566 en su travesía entre el puerto de Acapulco en Nueva España, para enviar hombres y bastimentos a don Miguel López de Legazpi y para reforzar y socorrer a la ciudad de Cebú en las Filipinas.

Gracias al escrito de uno de los soldados embarcados a bordo, concretamente Juan Martínez, sabemos que la travesía duró desde 1 de mayo hasta el 15 de octubre del año de Nuestro Señor de 1566, y en el transcurso de la misma se produjo un motín por parte del piloto Lope Martín, aunque después de varios asesinatos, rebeliones, intentos de abandono en una isla de parte de la tripulación, finalmente los leales al Rey de España, recuperaron el control del barco y pudieron llegar a su destino, no sin antes abandonar a su surte a los 27 amotinados en una isla.

Dicho abandono de los 27 amotinados, sin duda debería despertar el interés de los historiadores ya que todo apunta a que lograron huir gracias a una embarcación que había sido construida por nativos de aquellas islas y que hallaron en una isla cercana. La suerte que corrieron los 27 amotinados del San Jerónimo, capitaneados por Lope Martín, es una incógnita, pero a buen seguro lograron llegar a las costas de China empleando la embarcación que encontraron.

En dos libros, publicados por la Editorial Bubok, he recogido uno de los momentos más apasionantes de la historia naval española. En el primero de ellos, “El motín del San Jerónimo”, relato la travesía y motín a bordo del galeón español San Jerónimo, y para ello me he basado en el escrito de Juan Martínez.

En el otro libro, “Los 27 amotinados del San Jerónimo”, éste ya atribuido exclusivamente a mi inventiva, narro el previsible viaje que los 27 amotinados pudieron haber realizado hasta llegar a China y allí iniciar su nueva historia, unos uniéndose a los piratas chinos y el resto luchando contra ellos, sin duda un final, aunque inventado, que a buen seguro pudo producirse.

Son mucho los pasajes de la Historia de España que han sido olvidados y borrados del recuerdo, aunque no por ello dejaron de suceder, por tal motivo deben ser rescatados del olvido para que sean conocidos y recordados, y sin duda en la historia naval de España hay un sinfín de hojas que deben ser recordadas, por ello, en “El motín del San Jerónimo” y en “Los 27 amotinados del San Jerónimo”, intento rescatar un momento olvidado de nuestra Historia.

¿TE GUSTA LO QUE HACEMOS?
HAZTE SOCIO DEL CLUB GACETA NÁUTICA.

Numerosos aficionados a la mar son lectores asiduos de Gaceta Náutica en sus versiones digital e impresa. Nuesta audiencia no ha dejado de crecer en los últimos años. Pero las sucesivas crisis han provocado una importante merma en la contratación de publicidad, nuestra única fuentes de ingresos.

Desde nuestra fundación en 2002 hemos sido un medio gratuito y queremos seguir manteniendo ese espíritu. Nuestras noticias siempre estarán en abierto para quien quiera leerlas o compartirlas. Para que esto siga siendo posible hemos puesto en marcha una campaña de contribución voluntaria mediante suscripción, una especie de taquilla inversa que funciona de una manera muy sencilla: si te gusta lo que hacemos, puedes apoyarnos con una contribución y pasarás a formar parte del Club GN.

Gaceta Náutica se ha caracterizado históricamente por su independencia y por publicar informaciones que no tienen eco en otras publicaciones del sector. Esta forma de entender el periodismo nos ha hecho acreedores de algunos premios como el que nos otorgó en 2017 la Asociación de Periodistas de las Islas Baleares (APIB) por nuestra investigación sobre la contaminación marina.

Contamos con poder mantener nuestro producto mediante un sistema mixto de financiación basado en la libertad comercial y el soporte de nuestro lectores socios del Club GN.

Esperamos haberte convencido y si no es así, no importa: sigue abriendo la Gaceta Náutica cuando quieras. Estaremos encantados de informarte.

QUIERO COLABORAR