El pasado viernes el temporal se llevó la vida de dos chicos de 16 y 17 años en Canarias que habían ido a pasar lo que iba a ser un agradable y relajado día de pesca a una zona rocosa en Confital, en la costa de Gran Canaria. La principal hipótesis que se baraja sobre lo ocurrido es que una ola los sorprendiese y un golpe de mar se los llevase. Sus cuerpos no han sido localizados todavía.

Incluso una actividad en apariencia tan relajada e inocente como la pesca con caña desde la costa implica ciertos riesgos si no tomamos las debidas precauciones. La proximidad a la costa supone a menudo la posibilidad de caídas, a veces desde gran altura, lo que puede poner en peligro nuestra vida. Aunque resulte difícil de creer, todos los años se registran muertes relacionadas con esta actividad.

Salvamento Marítimo se implica a fondo en garantizar la seguridad de toda la gente que esté o, como en este caso, simplemente se asome al mar y también ha previsto una serie de consejos de seguridad para garantizar que una agradable y tranquila jornada de pesca no se transforme de manera inesperada en una mala experiencia.

La mejor manera de evitar un peligro siempre es prevenirlo. En este caso, los responsables de cuidar de los usuarios del mar insisten en que tanto para la pesca desde costa como para cualquier otra actividad, es vital no realizarla en solitario, pues si tenemos una caída o un accidente es probable que no podamos dar aviso a los servicios de emergencia. En este sentido, también es importante comprobar la cobertura de nuestro teléfono móvil y tener informados a nuestros allegados de nuestra localización.

La meteorología, temporales de lluvia o de viento, pueden transformarse en otro factor de riesgo que, simplemente deberíamos evitar realizando siempre una consulta previa antes de salir de casa. Una simple búsqueda en nuestro móvil puede acabar por salvarnos la vida. Las mareas no suponen un peligro en aguas mediterráneas pero sí que son un factor añadido en mares y oceános más abiertos. Salvamento Marítimo insiste en una sencilla regla de oro: “En caso de duda, jamás arriesgarse”.

Puede parecer irrelevante pero si estamos pescando desde rocas, el calzado se convierte en otro de los factores a tener en cuenta. Tenemos que optar por calzado flexible, impermeable y con suela antideslizante para evitar resbalones arriesgados. Curiosamente, las tradicionales botas de agua no son una buena opción pues en caso de caída al mar, embarcan al instante mucha agua, dificultando la flotación.

La oscuridad, una enemiga traicionera

Otro factor en apariencia inocente que puede tornar en peligro imprevisto es la falta de luz. Debemos evitar adentrarnos de noche en una zona desconocida si no somos capaces de ver con precisión donde ponemos los pies. Tampoco es buen compañero el alcohol en situaciones en las que la falta de equilibrio o de atención puede resultar un factor muy negativo en el cálculo de probabilidades de sufrir un accidente.

La hipotermia en condiciones climatológicas invernales es otro de los peligros que afrontaremos en caso de caída al agua. Puede dar la impresión de que muchas capas de ropa superpuestas dificultarían nuestra movilidad en el agua pero lo que mucha gente desconoce es que, aunque estén mojadas, reducen considerablemente la pérdida de calor corporal, según explica Salvamento Marítimo.

¿Tiene influencia la morfología del paisaje en el riesgo de la pesca desde la costa? La respuesta es sí. No es lo mismo estar en una playa, en un acantilado de pared vertical o en uno en forma de rampa o tobogán. En este último caso el mar puede remontar las rocas de manera inesperada y arrastrarnos.

Un dispositivo adicional que se convertiría en decisivo en caso de caída al agua son los chalecos autoinflables. No son habituales en los aficionados que pescan desde la costa pero pueden marcar la diferencia en caso de accidente pues, aparte de garantizar nuestra flotabilidad, van equipados con luz, para facilitar nuestra localización, y silbato, para pedir ayuda.

El entusiasmo de una buena captura también puede resultar traicionero. A veces el afán por asegurar un pescado nos impulsa a adentrarnos en el agua o a arriesgar más allá de lo prudente en una zona rocosa. Las consecuencias pueden ser mortales.

Por último, la urgencia y la desesperación al ver que nuestro compañero ha caído al mar nos puede llevar a precipitarnos y lanzarnos al agua a socorrerle. Esta heroica decisión puede determinar que en caso de temporal el incidente acabe con dos muertos en lugar de uno o ninguno. En una situación así, lo primordial es informar cuanto antes a los servicios de emergencia, dar nuestra localización exacta y seguir sus instrucciones.

Los servicios de emergencia tienen la experiencia suficiente para saber qué es lo más eficaz en función de las circunstancias. Sin embargo, la prevención y la prudencia serán siempre nuestra mejor garantía para evitar que una actividad tan relajante y tranquila como la pesca con caña pueda convertirse en un solo segundo en un drama.

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