Gaceta Náutica creó en 2016 los Premios Timón, unos galardones cuyo objetivo es reconocer públicamente la labor de las personas, entidades y empresas más destacadas de la náutica balear. Recuerdo que cuando los pusimos en marcha, mucha gente, con toda su buena intención, nos preguntó si de verdad pensábamos que nuestro «pequeño mundo» daría para otorgar seis timones anuales.
Para entonces, esta publicación ya llevaba 14 años de singladura y quienes la hacemos, que venimos siendo prácticamente los mismos desde el primer día, teníamos plena consciencia del potencial del sector náutico en todas sus ramas: la deportiva, la social, la portuaria y la empresarial. Solíamos responder, medio en broma, que en estas Islas hay suficiente talento para dar 20 premios timón cada año, aunque en el fondo es la verdad.
Cada año nos encontramos con el bendito problema de tener que seleccionar a uno solo entre los muchos merecedores de nuestro pequeño pero muy sincero homenaje. Esa selección incluye, por ejemplo, tener que decantarse entre varios campeones del mundo o de Europa, lo que no es nada fácil. Lo mismo podría decirse de las entidades o personalidades que se han significado por contribuir al desarrollo, la visualización o la divulgación de lo que aquí llamamos «cultura de la mar», ya sea desde el asociacionismo, la empresa o la comunicación. Son muchos y son buenos.
Me siento muy orgullosa de ver cómo estos premios se han afianzado en apenas seis años hasta convertirse en un verdadero referente para el sector náutico de nuestras Islas, del que siempre nos hemos sentido parte integrante, sin renunciar por ello al espíritu crítico que necesariamente debe marcar el rumbo de un medio de comunicación.
La ilusión y la alegría con la que los galardonados reciben la noticia de su elección me produce, por un lado, una gran felicidad personal, mientras, por otro, me recuerda la gratitud que le debemos a todos los colaboradores que nos han venido apoyando desde la primera edición, cuando esto no era más que una incierta iniciativa. Sin su ayuda hubiera sido imposible consolidar la marca de los Premios Timón en tan poco tiempo. Por ello siempre digo que, si bien están organizados por Gaceta Náutica, estos galardones pertenecen a todo el sector.
Dentro de ese proceso de afianzamiento, este año hemos dado un paso muy importante para que los Premios Timón, además de reconocer a deportistas y personalidades, sirvan para fomentar la innovación empresarial, una de las asignaturas que teníamos pendiente.
Gracias al apoyo de la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), la categoría de Innovación está dotada este año con un premio de 2.000 euros y, lo que sin duda es más importante, con el aval directo del organismo público que gestiona los puertos de interés general de las Islas. En el momento de escribir estas líneas, unos días antes de que se conociera el nombre del ganador, habíamos recibido diez proyectos, a cuál más interesante. El jurado no lo iba a tener nada fácil.
Nos encanta la idea de servir de plataforma para que las ideas y proyectos más audaces vinculados a la náutica tengan la visibilidad que se merecen gracias a los Premios Timón. Nuestro trabajo principal es informar, pero no les negaré que también nos gusta sentirnos un poco protagonistas de la evolución de ese mundo sobre el que un día decidimos poner la mirada.