El inglés nos tomó por las armas Menorca en 1708, afrenta ratificada en 1713. Protegió la flota comercial menorquina, armando en corso buena parte bajo su pabellón. Entonces recaló en Ciutadella un marino mercante proveniente de Sineu, Mallorca. Se asentó en la isla y contrajo matrimonio. Fruto de dicha unión nació un hijo varón. De disposición inquieta y mente llena de arrestos y valentía, su padre lo embarcó pronto como grumete.
Durante la segunda dominación inglesa (1763-81), Menorca sufrió largos períodos de hambre y miseria, por lo que con apenas 17 años fue enviado a Barcelona a cursar náutica. Tras cuatro años allí decidió dar el salto hacia los asentamientos ingleses en norteamérica. Era marzo de 1776, tenía 21 años.
Se preparaba la declaración de Independencia. Nuestro hombre hizo causa común con los colonistas contra el inglés, a las órdenes del entonces coronel Washington, a quien salvó la vida en combate en la batalla de Cowpens. Acabada la guerra se retiró como comandante de caballería de la Unión. Tenía 28 años. Pasados los 40 se casó con una lugareña de Carolina del Norte, con la que tuvo cinco hijos. La familia se estableció en Lousiana. Allí prestó servicio en la marina como patrón de barco, luchando de nuevo contra Inglaterra en la guerra de 1812. Años antes, la fiebre amarilla azotó la región. Un patrón compañero de nuestro personaje contrajo la enfermedad y fue cuidado y atendido por él y su familia hasta que curó.
El 4 de junio de 1817, contando 63 años, nuestro personaje fallece. Amigos y compañeros como el general Jackson (que llegó a ser presidente de los Estados Unidos) lloraron mucho su muerte. Su hijo primogénito contaba con 16 años de edad y ya era cadete alumno en la Escuela Naval estadounidense. Años antes, un hijo de aquel patrón al que cuidaron, alto mando de la marina, se lo llevó para hacer carrera naval en muestra de agradecimiento.
Jorge Ferragut Mesquida es nuestro personaje, menorquín nacido en Ciutadella, hijo del «sineuer» (de Mallorca) Antonio Ferragut Guitart, que allí vino a afincarse, ambos padre y abuelo, respectivamente, del que luego llegó a ser el primer Almirante de la US NAVY, David Glasgow Farragut (o el más español David Ferragut Shine), quien alcanzó fama en 1862 en la guerra de secesión estadounidense por destruir la escuadra sudista al remontar el Mississipi y conquistar Nueva Orleans para el bando unionista, lo que le proveyó de grandes elogios del presidente Lincoln y el nombramiento de Contraalmirante. El éxito definitivo le llegó con la toma de Mobile, último reducto sudista, donde hizo célebre la frase «Damn the torpedoes, go ahead!» (que traducido coloquialmente sería: «Que le den a las minas, ¡a toda máquina!).
En 1867 el almirante visitó Ciutadella, aprovechando el crucero triunfal por Europa, el 19 de diciembre. Las crónicas cuentan lo magnífico del recibimiento del gentío y las autoridades ante tan ilustre visita.
Una estatua del Almirante corona la bocana del puerto de Ciutadella en la que cada año se le rinde un sentido homenaje. El almirante Farragut está considerado, junto con el presidente Abraham Lincoln y el General Ulises S. Grant, uno de los tres héroes de la nación Norteamericana.
Deseo dar las gracias a Miguel Rotger Canet, compañero reservista y gran amigo, quien tuvo a bien regalarme el librito editado por Panorama Balear –autor Guillermo Florit Piedrabuena–, de donde me he surtido de la información para escribir este breve artículo, en sencillo homenaje al apellido Ferragut, americanizado Farragut. Honor y gloria a nuestros marinos.