Estoy leyendo De animales a dioses, de Y. Harari (Ed. Debate), y el autor plantea la importancia del lenguaje en el salto de los homo sapiens frente a los otros homínidos. Y no el articular un mensaje, ya que los monos verdes pueden decir «¡cuidado, un león!» y todos se suben a un árbol o «¡cuidado, un águila!» y todos miran hacia arriba; ni la capacidad de decir mentiras: estos mismos monos pueden dar un grito de alerta para que otros salgan corriendo y quedarse con la comida.
No, lo que nos comenzó a diferenciar hace 70.000 años fue la posibilidad de crear ficciones, de hacer que varias comunidades –no más de 150 individuos por tribu, el máximo que aún hoy se estima puede reconocer una persona– tuvieran algo en común que les empujara a hacer cosas que les sobrepasaban. Las estrellas están desordenadas en el cielo pero para nosotros y los antiguos griegos Orión persigue a Tauro con la ayuda del Can mayor y el Can menor. Harari da a entender que los primeros sapiens no se levantaron un día y crearon algo superior. Se comenzó con el chismorreo que es una buena forma de situar gente que realmente no conoces o has visto alguna vez y no le pones cara pero que depende o enlaza con alguien que sí tienes presente, alguien que no está entre los 150 que uno puede reconocer directamente.
Todo esto se lo cuento porque el otro día vi toda esta teoría en una pequeña comunidad de navegantes de un club. Varios chicos –mi hijo entre ellos– iban a tener un nuevo entrenador pero no sabían quién. Alguien les había dicho que el nuevo monitor era un tal Juan y ellos, que no lo habían visto, tiraron de mitología y Juanito Manresa que antes estaba en el Molinar y ahora en el Náutico de Palma era el sustituto. No le ponían cara pero enlazaron una comunidad, Cala Gamba, con otra, el Molinar, a través de un vínculo común, la vela. Con el tiempo crearán una mitología propia con nexos a otras mitologías: la vez que navegaron con monstruosas olas de 2 metros (aunque tal vez fuera algo menos) o la expedición a Ibiza donde coincidieron con otras tribus y otras formas de navegar. Las leyendas tardan en forjarse, espero que ellos y todos nosotros naveguemos muchos años para participar de ellas y contarlas en la barra del club.
Por cierto, la mitología falló. El nuevo entrenador es Joan Romaguera y no Juanito como esperaban los chicos. Seguro que tendrá mucho que enseñar y unas cuantas historias que contar.